sábado, 9 de mayo de 2009

La soledad no elegida


Tienes ganas de llorar,
te encuentras rechazada, herida.
La soledad te resigna,
te arropa, te acurruca, te rinde,
pero cada vez ... aumenta,
se acrecienta, ¡te ahoga!,¡te ofusca!
¡Basta!. Busco tu compañía,
¡tu vida! ... afín a la mía.
No me dejes sola,
jamás viviría ...
sin tu vida junta a la mía.
En toda comunicación
se encuentra la armonía
cuando tu "yo" y "el mío"
son el mismo día.
Isabel Camacho y M.A.D.E.

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