domingo, 13 de diciembre de 2009

La imagen (vídeo)


Hemos rodado un vídeo para impulsar la educación en la aceptación de imágenes rechazadas. Esperamos que os guste.


Para ver mejor el vídeo para la música en el reproductor situado en la columna de la izquierda. Si acabado el vídeo quieres seguir escuchando la música de fondo, actívala en dicho reproductor.

M.A.D.E.


miércoles, 7 de octubre de 2009

Muerte en Sanlúcar VI: Kim Jong-il


Hola, me llamo Kim Jong-il, presidente de Corea del Norte, un país con régimen comunista. Escribo estas líneas como testimonio de una experiencia personal increíblemente inusual.
Espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron, me trajeron hace dos semanas a las playas de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en un viaje donde atravesé mundos paralelos a través del espacio-tiempo.
Aparecí en la orilla del mar subido en el Empire State con el cuerpo de un gorila enano que sujetaba un cohete atómico en la mano. Lo primero que vi fue a un tío con chilaba, dos chinos cogidos de la mano y, junto a ellos, una momia y un travesti con los mofletes inflamados, ambos vestidos con trajes de flamenca. Como por obra de magia, al poner mi primer pie en la tierra de la manzanilla, el cohete atómico se convirtió en un ramillete de flores.
Tras una explicación, que no me convenció, de la razón de mi estrafalaria presencia, dada por parte de tan original comité de bienvenida, me encerré enfadado en la torre del Castillo de Santiago.
Estuve negociando con mi interior una fecha de suicidio y decidí que pasados tres días, me tiraría de cabeza por la misma ventana por la que vio el mar por primera vez en su vida la reina Isabel la Católica.
Al principio de mi encierro voluntario me preguntaba por qué razón los espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron, me habían traído a Sanlúcar de Barrameda con el cuerpo de un gorila enano, porque yo en el otro mundo paralelo era un gran comunicador. Había hecho explotar una bomba atómica con la única intención de comunicarme con mis vecinos surcoreanos, chinos, Estados Unidos en particular y con todo el mundo en general.
Se decía que era presidente de un país en el que la televisión solo transmitía aires patrióticos y propaganda partidista, que estaba en continuo estado de guerra, que Internet estaba prohibido por temor a que el pueblo se enterara de lo que no debía, que todo lo que tocó mi padre (el gran Kim Il-Sung) con su mágica mano era sagrado, la mesa donde comía, la cama donde dormía, las flores de su jardín, incluso el water donde hacía sus necesidades. Un país donde los disidente políticos los teníamos en campos de concentración, donde no se podían ver discapacitados en las ciudades (a lo más, algún esguince de tobillo) porque estaban en Centros de Acogida, donde doblar una fotografía de mi padre era irrespetuoso aunque fuera en un billete. Igual ocurría si se le daba la espalda a una de sus iluminadas estatuas. Se dijo que éramos un país miserable pero que la élite y los hijos del régimen podían disfrutar de un casino en un hotel.
Que no existen poetas, intelectuales o arte abstracto sino pelotas del régimen.
Que teníamos un estado de tensión que afectaba al pueblo dócil y conformista. Nos compararon incluso con nazis en conceptos de libertades.
Meditaba confundido que algo de verdad existía en lo que se decía.
Cada minuto que paso en mi encierro del Castillo de Santiago me siento más alejado de estos recuerdos y más confundido. Pero creo recordar que mi padre el gran Kim Il-Sung escribió 18.000 libros es decir, ahora que lo pienso, debió de escribir tres libros diarios durante todos los días de su vida incluso en el tiempo que dormía y estaba en el water.
Puede ser que estuviésemos siempre en la búsqueda del enemigo, en un estado paranoico. Puede que las autopistas estuviesen vacías de coches para que pudieran aterrizar nuestros aviones en caso de una emergencia por invasión enemiga. Pero sabíamos hacer el paso de la ola con 12.000 soldados al mismo tiempo que cantábamos canciones épicas.
Cada día que me acercaba a mi suicidio me sentía menos identificado con mi personaje presidencial y más con el gorila enano. Empezaba a sentirme como un niño abandonado por la comunicación. Comenzaba a comprender que hemos convertido el comunismo en una pista de baile sin libertad de danzar con otra música que no sea la dictada por los altavoces paranoicos de nuestro régimen, sintiendo como una bella teoría de solidaridad, quizás una de las más bellas que se hayan creado, solo tuvo sentido en el espacio-tiempo en la que la evolución del ser humano la colocó. Convirtiéndola los viajeros del egoísmo humano en prisionera de las utopías del tiempo ladrón.
Como dijo Boabdil en vuestra web, lo que tiene sentido en el presente o lo tuvo hace un siglo por las circunstancias sociales, económicas o tecnológicas, no quiere decir que lo tenga siempre en el periodo evolutivo del ser humano.
Empiezo a pensar que los que piensan que la violencia es una buena arma para conseguir la independencia dentro de un estado, pueden tener sentido dentro de las piezas absurdas del engranaje que mueve la Historia. Pero quizás encuentren que dentro de siglos cercanos sus descendientes estén viviendo en Europa o mundo Federal unido.
¡Cuánta violencia absurda para conseguir independencias cuando la sorpresa evolutiva final será (y así lo creo) la unión del planeta, es decir, el efecto que se pretendía con la independencia, en el transcurso de de los próximos siglos hagan lo que hagan! La Historia se cuece a fuego lento y, a veces, con carbón absurdo.
En estas reflexiones estaba yo, cuando una representación del pueblo de Sanlúcar de Barrameda vino a las puertas del Castillo de Santiago al tercer día de mi encierro, el planeado por mí para suicidarme (aún no sé como se difundió la noticia).
Encabezado por la alcaldesa y los partidos políticos había una representación de los marineros, la Hermandad del Rocío, los empresarios, los jubilados y un tío muy nervioso dispuesto a clavarme en el pecho, con la mejor de sus intenciones, un alfiler con una banderita de Andalucía.
Todos gritaban mirando hacia arriba donde yo me encontraba con medio cuerpo asomado por encima de la torre y cara de gorila asustado. Pude ver como me gritaban: “¡¡Baja pare!!, ¡¡No te suicides!!, ¡¡Ya no eres el presidente de Corea del Norte!!
Dos niños gritaban: ¡¡Muchacho baja que no te vas a tener que gastar dinero en un disfraz para los carnavales!!
Mientras esto ocurría yo los miraba y reflexionaba “¿Qué queda de mi pasado? … ¡¡Nada!!”.
Atrás quedaba mi museo del tiempo ladrón, lo que pudo ser y nosotros los humanos lo convertimos al paso evolutivo en algo imposible, en un leve recuerdo de un tren estalinista de poco recorrido, en una utopía sin vuelta atrás en el tiempo, en el Quijote y las calaveras de madera, sueños de una época que le dio un sentido digno en el que creían de corazón auténtico muchas personas como Don Santiago Carrillo, que con todos sus aciertos y equivocaciones, pensaban que tendría un recorrido largo.
La humanidad pensé, malgasta el tiempo, el regalo mágico de la vida, con inseguridades que nos atormentan absurdamente, que quema su propio planeta y lo contamina atacando la salud con humos cadavéricos que salen de chimeneas absurdas.
Que deseamos que pase el tiempo pronto, en invierno porque hace mucho frío, que pase este horrible calor de verano, que pasen pronto las horas que pasamos en nuestros pesados trabajos, que pasen pronto los segundos que nos quedan por salir de la jaula de cristal de convivencias no deseadas porque nos cortan las alas de libertad.
Pero cuando llega por nosotros de visita el tiempo ladrón para llevarnos al otro barrio, no se quiere morir nadie. ¡¡Lo despreciamos … y queremos prorrogarlo!!
Todos queremos seguir viviendo aunque tengamos que aguantar cincuenta años más a la suegra, a los pesados trabajos, a las convivencias no deseadas, a la inseguridad de si existe algo detrás del Big Bang del todo y la nada, a los pesados complejos comparativos, a las hipocresías sociales, a la parte de nuestro iceberg que los demás no ven, al efecto invernadero, a puños cerrados en brazos levantados derecho o izquierdo de algunos políticos, a imágenes con ropa de símbolos de valores de quita y pon, a corbatas quitadas en en congresos de partidos de izquierdas e incluso de derechas, a trapos sencillos que simbolizan a las personas que vivieron en el pasado con ellos en todo momento y levantaron el puño cerrado en una época que les dio el sentido digno cuando eran viajeros del tren del tiempo ladrón, a meteoritos que puedan chocar con la tierra, cataclismos, gripes A, B, C, D, E o a la madre que nos parió.
Todo el mundo quiere seguir viviendo, comunicándose con lo que ya conoce, es decir, su ego infinitamente minusválido ante un universo sin principio ni fin que se comunica, quizás más, con nosotros que lo que llegáramos a sentir.
“¡¡No!!, ¡¡No me suicido!!”, me dije, “¡¡No merece la pena!!” y bajé las escaleras del Castillo de Santiago, donde había pasado tres días amparado por la madurez de sus paredes después de cinco siglos de su creación, comunicándome con sus sonidos amorosos la seguridad de la que carecía, pues me sentía como un niño contrariado que quiere ver la luz cuando hay oscuridad, que quiere escapar corriendo sin rumbo fijo y no tiene piernas, que quiere comunicarse con una cara bonita y la suya está quemada, que quiere escuchar el sonido de los pájaros y sus oídos están vacíos de silencio.
Bajé las escaleras con la esperanza de ver un paisaje bello en los corazones de mis nuevos amigos sanluqueños al igual que tuvo que sentir cinco siglos antes la muchacha que las subió (la reina Isabel la Católica) por la ansiedad que da el paso del tiempo antes de ser alcanzada una comunicación deseada, ver el mar por primera vez en su vida.
Mientras descendía noté el roce de Isabel al cruzarnos en ilusiones de comunicación, los dos prisioneros de distintas épocas, costumbres y maneras de pensar, que coincidían en bajadas y subidas en las escaleras mágicas del tiempo ladrón. Cada escalón que dejaba atrás revivía al gorila y mataba peldaño a peldaño lo poco que me quedaba ya del personaje presidencial norcoreano.
Al pie del castillo me esperaban mis nuevos amigos y … ¡¡zas!! el tío del Partido Andalucista, con su mejor intención de bienvenida, me clavó el alfiler con la bandera de Andalucía en mi pecho peludo sacándome como a Boabdil una maldita lágrima de dolor encontrada en la arena de un desierto de estrellas. Los dos niños que antes gritaban decían: “”¡¡Mira, está emocionado!!”.
Hoy hace once días que estoy en el periódico con los demás turistas que trajeron los espíritus que quisieron comunicarse y no pudieron, y Cristina la directora me está ayudando a escribir estos cortos recuerdos.
He leído vuestra web. Comprendo que queráis educar a las futuras generaciones en una nueva asignatura exclusiva que consiga como objetivos la aceptación sin prejuicios de los más débiles, los menos bellos y los de menos salud.
A mi entender habrá dos caminos entrelazados desde el principio: Escolar y Social-extraescolar.
Escolar: Implantando lo que ustedes llamáis anticuerpos culturales y retroalimentación cultural. Es esencial que se comprenda que la población adulta, que no está educada desde pequeña en la aceptación antes mencionada (las imágenes de los más débiles) y si en los cánones culturales que dan preferencia a lo más bello, fuerte y saludable, deberían retroalimentarse de la nueva educación que se creará para los niños.
Dado que los adultos no pueden enseñar sus virtudes de aceptación con los que no tienen salud, los débiles o los horribles en sus cánones de belleza, pues lógicamente carecemos todos de ellas, principalmente por no haber sido educados en lo que pretendemos educar. Por lo tanto, no podemos ni dar ejemplo ni tener base educativa.
Por lo tanto debemos mostrar lo que tenemos (complejos y prejuicios) a los niños, como si fueran virus contagiosos culturales y reforzar las defensas educativas de los pequeños, antes del contagio, con una previa aplicación didáctica a través de audiovisuales y libros donde los héroes también sean personajes discapacitados, sin salud, sin belleza, es decir, los desafortunados del azar del tiempo ladrón y que no están en los cánones ideales actuales.
Para el desarrollo de este complejo en los colegios se necesitaría una plataforma cultural de personas de distintas disciplinas, pues los cánones actuales nunca los forma una sola disciplina, que lleven el seguimiento de retroalimentación cultural.
Que decidan los estímulos víricos culturales y de defensas educativas que se deben aplicar a los niños con la delicadeza que requieren sus distintas edades y grados.
Estímulos como he mencionado basados en los defectos y prejuicios reales de los adultos, y lanzados a los críos una vez reforzadas sus defensas con imágenes con valores positivos de personas discapacitadas y deformadas físicamente por la mencionada suerte aleatoria, aplicándoles valores positivos a los ojos de los niños.
Sus reacciones de confrontación entre los dos estímulos, el virus de contagio (los cánones actuales de valores) con nuestros prejuicios y el de las defensas previas al primer estímulo de refuerzo de los valores aplicados a los más débiles, se llamaría, como ustedes dicen en vuestra web, anticuerpos culturales. Su esencia, en términos de conducta, sería recogida como tesoro por psicólogos y pedagogos, y enviada a la plataforma multidisciplinar para ser reajustada. Una vez analizados serán de nuevo enviados estímulos de defensa y posteriormente, con un espacio de tiempo prudencial, virus culturales en ulteriores ciclos de retroalimentación, hasta que la futura asignatura se estabilice con los años.
Social: Como he dicho antes creo que este proceso debería de ir acompañado desde el principio por la colaboración extraescolar de la sociedad, a través de los medios de comunicación (dibujitos, películas, anuncios publicitarios, reportajes) que deberían de empezar a colaborar con los ministerios de Cultura y Educación en dar valores a sus héroes y protagonistas que no sean siempre los que hoy existen, es decir, los protagonizados por personas bellas, fuertes y saludables, reforzando con ello los cánones actuales con ideales a imitar por los niños, que marginan a los desheredados de dichas virtudes. Los niños que reciban esta nueva educación cuando salgan del colegio con sus enseñanzas, si se les bombardea con más de la misma vieja cultura, a través de los medios de comunicación, mal refuerzo sería a sus enseñanzas.
Sin este enorme proceso educativo en colaboración con todo lo mencionado, será difícil que cambien alguna vez los cánones de valores establecidos actualmente y nada cambiará para los discapacitados, los débiles de salud, los desheradados por el azar de la belleza en relación con los complejos y marginaciones en sus distintas escalas, que les afecta en proporción directa con la no aceptación y comunicación plenas en actualidad dentro del mundo en que vivimos.
Los días empiezan a tener un sentido alegre para mí, ya no pienso en el suicidio, sino en disfrutar cada segundo que siento mi respiración palpitar golpeada por las olas misteriosas de la creación.
“¡¡Ya no soy presidente de nada!!” El pueblo de Sanlúcar de Barrameda me ha acepado tal como soy, es decir, con cuerpo de gorila enano y muy feo.
He conocido a una persona muy especial, un poquito más alto que yo, pero igual de feo. Hace más de 25 años que lleva dirigiendo una banda musical de niños y mayores, que vestidos de militares con sonidos de tambores de ilusiones y trompetas de magia fina, alegran las calles de Sanlúcar de Barrameda en sus festividades.
A este señor le dicen el butanito y a su banda, la banda del butanito. Lo conocí un día que estaba dirigiendo su banda de personas humildes, gorditos tocando el bombo, canijos las trompetas. Todos juntos creaban sonidos de ilusiones que recordaban la bella imagen de un comic infantil. Le dije: “Butanito, ¿podría pertenecer a tu banda?”. Él me miró de arriba a abajo como pensando: “Dios mío, ¿dónde meto yo este gorila enano tan feo?”. Me dio un uniforme militar como el de las demás personas, ubicándome delante de la orquesta tirando petardos y fuegos artificiales, como novedad de comunicación para su agrupación, y dijo con orgullo: “¡¡Así sabrán todos que llega la banda del butanito!!”.
Esta mañana he dado un paseo por la playa con Boabdil, los amantes chinos, John el travesti y la momia, y de repente hemos visto en la orilla del mar el Coliseo de Roma, y los amantes chinos han dicho: “¡¡Menos mal que no hay tulistas ni gladiadoles!!”, pero cuando hemos ido avanzando en el paseo nos hemos encontrado con una estatua de buda y un tío que emergía de sus manos con una túnica naranja, barba y el pelo largo, que decía: “¡¡A mí que soy el gurú Nashmurti!!.
La verdad es que no sé como pude pensar en suicidarme, quizás me faltara la correcta comunicación del calor humano cuando el alma se enfría al sentirse sin esperanza.
Empiezo a sentirme feliz en la ciudad de la Manzanilla. Os saluda a todos Kim Jong-il, armero de la banda del butanito de Sanlúcar de Barrameda.


M.A.D.E.

viernes, 5 de junio de 2009

Muerte en Sanlúcar 5: La momia


Hola, me llamo Ubekhet, que significa luminosa, pero en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) todo el mundo me llama Rosa.
Cuando aparecí en la playa de la ciudad de la Manzanilla, subida en un burrito y transportada a otra dimensión del espacio-tiempo por "espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron", mi sorpresa fue grande; pues lo último que recordaba de mi vida anterior es que estaba esperando a mi amado Kenhir, ya que tenía una cita con él en una pirámide.
Cuando salí del monumento y avanzaba subida al burrito por la playa de Sanlúcar, lo primero que ví fue a cuatro seres muy raros: dos chinos cogidos de la mano, una señora con peluca pelirroja, una flor en la oreja, mofletes inflamados y vestida con un traje de flamenca con lunares. Junto a ellos había un señor con una túnica muy original. Me miraban todos con una luz dulce de complicidad y rodeados por gente semidesnuda.
Se unieron a mí y al burrito por el paseo a la orilla del mar.
A pesar del contraste estrafalario que representábamos no nos prestaban ninguna atención. Me he dado cuenta después de vivir dos semanas en Sanlúcar de Barrameda, que aquí puedes ir vestida como quieras, hasta de momia y no le interesa a nadie, pero si alguien le es infiel a su pareja (o como esta gente dice "poner los cuernos") eso sí que es de interés general.
Cuando Boabdil me contó que él creía que yo representaba la cultura antigua y el burrito Platero la futura, mi indignación fue enorme.
No bastaba que durante quince años hubiese estado casada con un ladrón de tumbas cuyo amor por mí estuvo siempre encerrado en una jaula perdida en lo más profundo de lo absurdo del clítoris de mi corazón. No bastaba que llegara todos los día a casa borracho y me diese el beso frío de la indiferencia; y que el único consuelo que tenía mi vida era pasar por la carpintería de mi amado poeta Kenhir, el amor de mi juventud.
En esos momentos eternos el espejo de mi alma reflejaba miradas de complicidad que bailaban juntas en una pista de amores atenuados por mi vacío diario de rutina sin aliciente.
Remontaba el ritmo del vuelo, el consuelo corto pero profundo de las ilusiones con alas que salían del arco iris incoloro de sus ojos. Eran segundos eternos en el infierno ladrón del tiempo ... ¡sin él! ... ¡sin vida! ... ¡en mi corazón aún latiendo!
Cuando por fin había encontrado la fuerza necesaria para dejar a mi marido y escapar de un zapato vital que me oprimía el alma impotente, como un débil pajarito que tiembla de frío en una fuerte nevada a las puertas del infierno, y corría ilusionada en vuelo de libertad a la cita de amor para reunirme en la pirámide con el poeta de mi infancia cuyos versos pasados, pero siempre presentes, en forma de flechas solares que alimentaban la desesperación de mi indiferencia diaria, y corría por mis venas, recordándome en cada instante de su fluir mi propia debilidad, entonces alzó el vuelo de libertad, presta de una cita piramidal de amor, en la que la ansiedad del camino que me llevaba a su encuentro, provocaba en mi interior pajaritos de colores que latían piando sonidos celestiales. En ese mismo instante aparezco transformada en momia y subida a un burrito y saliendo de una pirámide ubicada en la playa de Sanlúcar de Barrameda.
Encima Boabdil me dice que soy la representación de la cultura antigua y que el burrito se llama Platero y su dueño un tal Juan Ramón Jiménez.
Los primero días no quise ir a dormir con los demás turistas al periódico, como protesta por tamaña injusticia, y me quedé con un viejecito muy simpático, como todos los sanluqueños, que también se sentía rechazado en sus ilusiones, pues según él, a su museo de las caracolas no le prestaban demasiada atención. Y entre barquitos de marfil y caracolas, durante dos días nos consolamos mutuamente.
Al tercer día Boabdil, Juan "el travesti" y los chinos amantes han ido a buscarme al museo de las caracolas y me han explicado la razón de mi viaje.
Ahora hace nueve días que estoy con ellos en el periódico y Cristina la directora me está ayudando a escribir estas humildes letras.
He leído vuestra web:
Comprendo que la cultura a través de los siglos ha ido creando sus propios cánones de belleza y aceptaciones en función de la ley de lo más sano, más bello, más fuerte y que todo lo que se distanciaba de este círculo empezaba a ser, a medida que se alejaban, más y más, imágenes rechazadas por no ser ni interesantes, bellas, saludables o fuertes.
Comprendo que este rechazo de imágenes culturales, en medida importante, afecte en la predisposición positiva que dicen los médicos que hay que tener en cualquier tipo de tratamiento donde se deteriora la belleza física, ejemplos algunos que explicais en vuestra web.
Comprendo que el rechazo actual antes referido interfiera en la aceptación plena de la imagen de los discapacitados.
Comprendo que siglos y siglos de rechazos de las imágenes no bellas saludables y fuertes hagan que su aceptación no se produzca en pocos días, meses o años.
Comprendo que no basten unas cuantas lecciones dentro de un libro basadas en imágenes de aceptación de discapacitados, pues los niños que las reciben, cuando salen del colegio, los dibujitos que ven con héroes fuertes, bellos y saludables, anuncios en televisión de mujeres y hombres musculosos y apolíneos, reforzando la venta de algún producto y además un mundo formado por personas totalmente contaminadas por los cánones establecidos de la cultura de siglos y siglos, hagan que sus enseñanzas actuales de débiles lecciones para tan tamaña importancia, exploten como lo haría un globo si se pudiera acercar al sol.
Comprendo que la ayuda de un terapeuta ante los complejos de rechazo de autoimagen que pueden padecer personas como Menchu, que os cuenta en vuestra web sus complejos por tener un ano artificial, puede ser importantísima esta ayuda, pero sería mucho mejor si aliviáramos al mundo de la carga contaminante-cultural que lleva a muchas personas alejadas del jardín de la belleza, salud y fuerza, a experimentar sentimientos de rechazo de su propia imagen física, al aislamiento por complejo y como consecuencia a la falta de comunicación en los momentos en los que más lo necesitan.
Comprendo que digáis que si se crea una nueva disciplina cultural contra esta corriente de rechazos tiene que ser exclusiva y basada en la aceptación de imágenes actualmente excluidas. Y suministrar dicha disciplina a los niños con la mayor delicadeza, de la manera más progresiva posible, dependiendo de las distintas edades, dada la importantísima repercusión que tiene para cientos de millones de personas en el mundo.
Comprendo que el periodo de enseñanza debe ser largo, ya que las ramas culturales de siglos y siglos, no se cambian en poco tiempo, y que deban de comenzar en edades muy tempranas, por ejemplo a los tres años, pues aún los niños no tienen demasiados prejuicios, y que dure al menos hasta los diez.
Comprendo que desde vuestra web digáis que el germen del nuevo pensamiento cultural deba debatirse y propongáis una plataforma multidisciplinar (un arco iris de pensamientos y opiniones distintas) que lance su luz hacia los niños en los colegios y que la reacción de los mismos, que llamáis anticuerpos culturales, será progresiva según los cursos, la edad y ciclos, y sea recogida dicha reacción de los niños por psicólogos infantiles y pedagogos para ser relanzada por ellos (dicha reacción de los niños) a la plataforma multidisciplinar y devuelta, una vez analizadas las reacciones infantiles y reajustadas, a los mismos niños. Y vuelta a empezar de nuevo el proceso hasta que con los años por fin madure, crezca y se estabilice la disciplina.
Comprendo que los adultos que no hemos sido educados de pequeños en la cultura de imágenes culturalmente rechazadas y sí en la cultura de lo más bello, de lo más fuerte y de lo más saludable, no puedan sembrar, por consiguiente, sin más, una disciplina que ellos no tienen en los niños.
Pero lo que no comprendo es porqué "los espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron" ¡¡no eligieron otra momia!!
En fin, tal como fuera, me he resignado a mis designios. Hoy he dado un paseo con Boabdil, los amantes chinos y Juan "el travesti". Hemos visto cruzar con envidia sana, a través del río Guadalquivir, las barcas cargadas de personas que iban al Rocío a comunicarse con espíritu andaluz de alegría.
Me he puesto un traje de flamenca de lunares como el de Juan "el travesti" que me ha regalado la presidenta de la sociedad de animales de Sanlúcar de Barrameda, que con 32 grados de temperatura a la sombra, en un tenderete expuesto en Bajo de Guía, llevaba horas sin vender ninguno, para desgracia de sus animalitos.
Hemos dado un paseo por la playa. Cuando andábamos por la arena del mar, de repente, los espíritus depositaron la Giralda de Sevilla y los amantes chinos dijeron a dúo - ¡Menos mal que no hay tulistas!
Pero cuando seguimos andando vimos como encima de una torre había un gorila con la cara de un tío muy feo, que llevaba un cohete en la mano y a su lado, un arco iris sobre una montaña y una golondrina despistada, y decía - ¡A mí, que soy Kim Jong II, presidente de Corea del Norte!!
La verdad es que al igual que le pasó a Juan "el travesti" estoy empezando a pasarlo muy bien en Sanlúcar de Barrameda y voy a buscarme a un sanluqueño que se parezca al Kenhir de mi alma y de mi corazón.
Si podéis salir y comunicaros, hacedlo. Confiad en vuestros médicos y terapeutas si los necesitais.
Si podéis creer que a través de la Cultura se pueden conseguir cosas que parecían imposibles, si creéis que nacemos y morimos en un soplo del tiempo ni siquiera expulsado por la eternidad y que seremos algo más felices si nos aceptamos sin prejuicios y que además podemos crear, a través de la cultura, una mejor comunicación, menores tristezas y mayores alegrías en nuestras vidas, si creeis en todo lo mencionado y si no también, os manda un saludo Ubekhet -luminosa - Rosa - La momia.

M.A.D.E.
Próximo capítulo Kim Jong II (Presidente de Corea del Norte)

domingo, 17 de mayo de 2009

Muerte en Sanlúcar 4: Boabdil


Hola soy Boabdil, hace tres días "que los espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron" me dejaron enfrente de Bajo de Guía, en la otra orilla de la desembocadura del río Guadalquivir, ubicando la Alhambra de Granada y a mí de pasajero en el Coto de Doñana, enfrente de la bonita ciudad de Sanlúcar de Barrameda.
Aún hoy no salgo de mi asombro, cuando me dí cuenta de que el Real Fernando era un barco, pues al otro (el Rey) se lo había llevado "el tiempo ladrón" hace cinco siglos.
Cuando crucé el río había dos chinos agarrados de la mano, y con la boca abierta, y un tío con los mofletes muy inflamados, que me miraban sorprendidos. Luego, cuando los conocí, me resultaron muy simpáticos; a su alrededor el caos era total.
Cuando se enteraron de mi presencia, el Ayuntamiento en Pleno, encabezados por su alcaldesa, me dieron las llaves de la ciudad. Y un señor un poco nervioso por la emoción, que decía que era de no se qué partido andalucista, me clavó, con la mejor de sus intenciones, una banderita en el pecho, pero su temblorosa mano hizo que el alfiler atravesara la tela y entrara en mi piel; entonces, para mi sorpresa, me dijo:¡Andalucía le da la bienvenida!. Y yo, controlando el dolor que me producía el alfiler de la banderita, y con una lágrima encontrada en la arena de un desierto de estrellas que en ese momento corría por mi mejilla, le dije: ¡¡Alá es grande!!.
Me he dado cuenta que existe una moneda única en varios países. Anda que si los espíritus me traen dentro de cinco siglos más, a lo mejor nadie me hubiese clavado una banderita en el pecho, pues estoy seguro, que viviríamos en un mundo federal y unido por lengua, moneda y el respeto a las tradiciones históricas de cada lugar del planeta.
Veo claro, después del salto de cinco siglos, que los próximos serán los últimos coletazos de este absurdo.
Cuando pienso en la soledad que sentí en mi exilio, me doy cuenta que mi amor, al igual que los que amaron esta tierra, era Andalucía. Independiente al paso del tiempo y eterno en el calor de los recuerdos del destino de las poesías que riman solas, unas con otras, enlazadas por el soplo de la pasión.
Duermo en el periódico del pueblo con los turistas de la Estatua de la Libertad y los de la Torre Eiffel. Cristina la directora ya le ha dicho a su jefe que necesita un periódico más grande, pues estamos ya un poco estrechos.
He tenido ocasión de enterarme de la razón de nuestro viajecito y de meterme en vuestra web. ¡¡Qué bello sueño!!.
La creación de una disciplina escolar exclusiva, desde muy temprana edad, para educar a los niños en la aceptación de imágenes actualmente rechazadas.
Creo sinceramente que vuestra futura disciplina ayudaría, sin ser la única causa de la incomunicación la corriente cultural, a que las demás cayeran como fichas de dominó o, al menos, fuesen analizadas y estudiadas con mayor claridad.
Este "Ayudaría" sería importantísimo para:

La integración y aceptación de las imágenes de los discapacitados.
Una mejor predisposición psicológica a la hora de recibir vuestros tratamientos médicos.
Crear una mejor comunicación alrededor del enfermo y los discapacitados, y en el interior de ellos mismos.

Hoy he salido a dar un paseo por la playa con los amantes chinos y la señora de los mofletes gordos, que se ha comprado un traje de flamenca de lunares y una peluca pelirroja y no se los quita ni para dormir.
La playa estaba muy concurrida de bañistas, y aunque llamábamos la atención paseando por la misma, yo con mi chilaba, la señora con el traje de lunares y los turistas chinos con sus kimonos, creamos una imagen no rechazada por ser muy original.
De repente nos hemos encontrado con una esfinge que los espíritus habían dejado en la playa, y los amantes chinos dijeron a dúo:¡¡Menos mal que no han viajado con elas tulistas!!. Pero cuando seguimos andando, vimos alucinados como de una pirámide salía una momia subida a un burro y que adelantaba a tres jinetes profesionales. Entonces pensamos ¡éste es el símbolo de vuestra idea!. Una cultura antigua que durante siglos y siglos nos ha llevado a la marginación del más débil, de la imagen de menos salud, de la menos bella, y ahora estaba subida en el burrito Platero, que soñó Juan Ramón Jiménez, que sería nuestra futura disciplina escolar, y en cuyo lomo tendría que soportar y contrarrestar la vieja y momificada corriente cultural.
Como ya le he contado a los chinos y a la señora de los mofletes, hoy comprendo la razón "de los espíritus que quisieron comunicarse y no pudieron", y veo claro que tantos siglos y siglos de cultura no se pueden cambiar en un periodo corto de tiempo; y que además se merecen una dedicación exclusiva en los colegios, por la importancia de sus repercusiones.
Si no hemos recibido nosotros, los adultos, dicha educación de pequeños, ¿cómo la podemos dar?, ¿cómo se puede dar lo que no se tiene?; si no es creando una corriente multidisciplinar, pues la cultura está formada por las mismas disciplinas de evolución y observación, y además creando en los corazones de los niños vuestros queridos anticuerpos culturales.
Un beso sin frontera para todos.
Boabdil

M.A.D.E.
Próximo capítulo: La Momia

lunes, 11 de mayo de 2009

Muerte en Sanlúcar 3: El viaje


Hola, me llamo John, Juan en español. He leído vuestra web. Llevaba tres semanas encerrado en el periódico de Sanlúcar de Barrameda. No hablo bien español, pero me he preparado bien con un diccionario que me ha dejado Cristina, la directora del periódico.
Yo soy un turista travesti, que estaba en la Estatua de la Libertad disfrutando del paisaje con mi perrita "Lulú", mi peluca pelirroja, mis pechos de silicona recién operados y mis labios gruesos con las medidas justas de vuestro plátano de Canarias. De repente noté una sacudida, que ni el más ferviente de mis amantes me había hecho sentir nunca.
Entonces, alucinado, agarrándome con una mano a la barandilla y sujetando a la perrita con la otra, vi asombrado como la estatua volaba por los aires a velocidad de vértigo con todos los turistas que en ese momento estábamos visitando el monumento ... ¡el susto fue grandísimo!.
Hoy que comprendo mejor la causa por la cuál fui transportado, solamente tengo que lamentar que al pasar por el Triángulo de las Bermudas, y a consecuencia de los fuertes vientos que el viaje supersónico producía, volara mi hermosa peluca, mi perrita, me reventaran las tetas como globos, un ojo se me quedara tuerto y los mofletes hinchados, pues se introdujo en ellos, y aún hoy día no sé cómo, la silicona del pecho.
La verdad, los espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron .-¿No pudieron coger por otro camino para llevar la estatua a Sanlúcar de Barrameda.
Decía al principio que comprendo muy bien la razón del viaje, dado que mi colectivo es uno cuyas imágenes no son muy bien aceptadas socialmente, y entiendo también que una futura nueva formación para los niños, basada en una disciplina exclusiva para la aceptación de imágenes física rechazadas actualmente.
Cuando me pregunto el porqué esta disciplina sería importante para millones de personas, me acuerdo que el otro día leí en vuestra web el comentario que os hacía Menchu, de que le costaba trabajo aceptar su propia imagen desde que tiene un ano artificial. Yo le aconsejaría que se acercase a las personas que la quieren o aprecian, y pidiese ayuda a un psicólogo o psiquiatra, que al igual que los médicos, los hay muy buenos.
Pero comprendo que la futura nueva formación escolar, basada en lo anteriormente mencionado, haría que al salir de la consulta del especialista (dado que los prejuicios culturales sobre imágenes rechazadas actualmente afectan a todos los adultos, incluidos los propios terapeutas, si se encontraran en circunstancias de sufrirlas, y que tal corriente cultural no puede ser tratada con un enfermo individual) se encontraría con la presión de que la cultura del rechazo a ese tipo de imágenes, continúa a su alrededor.
La nueva formación, estoy de acuerdo con ustedes, ayudaría a menguar dicha presión social y evitaría interferencias, creando en la aceptación, comunicación y predisposición a los tratamientos; y a la aceptación de imágenes no gratas y rechazadas que andan con los pies de los complejos como los de Down, gordura espantosa (perdón, quería decir mórbida), tetraplejias, autismo, cegueras, sorderas, Alzheimer (del que ya habéis puesto el ejemplo del Rey y Adolfo Suárez) y haría efectivamente que subiera la poca audiencia con la que se ven hoy día las Paraolimpiadas (discapacitados).
La mejoría sería ya muy importante por si misma para todos.
Dado que la corriente cultural que nos lleva a que todo lo expuesto, viene de muchísimos siglos atrás, es comprensible que pongáis un plazo largo e hipotético para contrarrestarla. Vuestros principios, menos mal, que están en están en estado evolutivo, proque si no podrían ser los que Blancanieves les puso a los siete enanitos. Me ha dicho Cristina que le habeis mandado vuestra web al Defensor del Pueblo, a todos los Colegios de Psicólogos y Mñedicos de España, a algunas sinagogas, mezquitas, al Vaticano y al Palmar de Troya. La verdad es que está claro que no os escondeis porahora. Y además creáis una plataforma multidisciplinar que empuje a otras para formar vuestra exclusiva y futura disciplina. Pues las corrientes culturales las forman distintas disciplinas en evolución y observación.
Y acordaros en preparar e informar a los padres de que sus hijos van a ser educados en vuestros imaginados "anticuerpos culturales" y, de paso, acordándome de mi perrita volatilizada y de todos los animales, que por su minusvalía o mala imagen, son abandonados o no elegidos como compañía, os ruego que le hagáis un hueco en vuestra futura disciplina.
Hoy por fin he decidido salir del periódico con dos chinos (también turistas que viajaban en la Estatua de la Libertad), que se han enamorado a base de agarrarse uno a otro en el viaje; y les comentaba por la Calzada del Ejército de Sanlúcar lo de mi perrita, la peluca y la silicona; y para nuestra sorpresa nos hemos encontrado con la Cibeles, pero "sin turistas" y dijimos .-¡Menos mal!. Entonces escuchamos a nuestras espaldas gritos de personas y vimos, al volver las cabezas, a la Torre Eiffel "llena de turistas", que salían corriendo desorientados ante el asombro del generoso pueblo sanluqueño. Iban en dirección a Bajo de Guía; los chinos y yo, para tranquilizarlos, les gritábamos .-¡Que no pasa nada!,¡que en Sanlúcar eso es normal!.
Cuando llegaron a Bajo de Guía los restaurantes ya tenían las mesas preparadas con sus manteles limpios, llegaron despavoridos.

Los camareros iban con la silla en sus manos detrás de los culos de los turistas de la Torre Eiffel para ver si se sentaban, de una vez por todas, agotados por la impresión, de manera que algunos se habían sentado en las mesas de un establecimiento pero con los asientos pertenecientes a otros.

Un señor que se había subido a la torre con la intención de quitarse la vida, pues su mujer le ponía los cuernos, entró en un restaurante como un toro de lidia y le dió una cornada en la barriga al propietario que era socio de una peña taurina que se llamaba "no se qué de Parada", y éste paró el golpe de tal manera, que la presión de los gases que subieron por su esófago produjo tal efecto en su cavidad bucal, que se le voló un diente y se quedó incrustado en la carta que llevaba en la mano con intención de enseñarsela al turista, justo en arroz a la marinera doce eruros.

El caos era total, llegó hasta la Guardia Civil, creyendo que era una visita improvisada del Presidente del Gobierno.

Una turista obesa, pero que no llegaba a ser mórbida por cincuenta kilos y ciento un gramos, se subió en los brazos de un camarero y le daba golpes en la cabeza con una langosta, exigiéndole una explicación del viajecito.

Entre todos creaban una imagen simpática, pero rechazada de tal manera que ni vuestros anticuerpos culturales hubiesen podido aceptar al menos en los primeros cursos.

Pero en medio de tal lio, de repente me fijé en los amantes chinos, que estaban como dos estatuas de sal, y con los brazos extendidos señalaban con el dedo índice al otro extremo de la desembucadura del Guadálquivir y me dijeros a dúo, con los ojos redondos y la voz suave .- ¡Mila alí!.

Allí en el Coto estaba la Alhambra de Granada, bien por que los espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron, estaban cansados o desatinados, el caso es que tal como fuera, la habían ubicado allí, y, gritando en una de sus ventanas, a un tío que decía, con una chilaba .-¡Que venga el Real Fernando por mí, que soy Boabdil!, ¡preparadme una copita de manzanilla y langostinos!.

La verdad sea dicha, es que, a pesar de haber perdido las tetas de silicona, los labios gruesos de boquita de plátano de Canarias y a mi perrita Lulú, estoy empezando a pasarlo muy bien en Sanlúcar de Barrameda. Tanto, que estoy pensando en comprarme un traje de flamenca de lunares, una flor para la oreja y no volver nunca más a Chicago, porque quiero vivir aquí, en la tierra de la Manzanilla hasta, como ustedes dicen, el tiempo ladrón me lleve al otro barrio.

Besos para todos.

John (Juan en español)

M.A.D.E.
Publicado en Sanlúcar Información en mayo de 2009

sábado, 9 de mayo de 2009

Comunicación: De principios de Alzheimer a principios de Alzheimer


Tú y yo hablamos,
reímos, lloramos.
Nos comunicamos
y si podemos amamos.
Expresamos alegría,
pena o llanto,
noche o día.
Sentimos el mismo canto.
Conocemos las mismas cosas,
sufrimos los mismos llantos.
Somos del mismo universo,
rimamos los mismos cantos.
Comemos las mismas cosas,
sufrimos los mismos letargos.
Porque somos tú y yo, uno solo,
y encendemos los candelabros
de la vida soñando que somos
hijos del dios ancho y largo.
Juan Resola y M.A.D.E.

A Menchu


Todo es pasajero,
lo malo y lo bueno.
No te preocupes ¡amor mío!
pronto pasará tu duelo.
Mañana iremos juntos
al mismo sitio y al mismo tiempo.
No habrá un mañana,
no esperes que te diga ¡te comprendo!
Tú y yo,
iremos a un concierto,
donde todas las cuerdas sonarán al mismo tiempo.
Porque tu mundo y el mío,
¡oh amor mío!
sin prejuicios ...
ni siquiera en un momento.
Al fin nos encontraremos
¿Dónde?
En un lugar
que tú y yo conoceremos.
Isabel Camaho y M.A.D.E.