viernes, 5 de junio de 2009

Muerte en Sanlúcar 5: La momia


Hola, me llamo Ubekhet, que significa luminosa, pero en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) todo el mundo me llama Rosa.
Cuando aparecí en la playa de la ciudad de la Manzanilla, subida en un burrito y transportada a otra dimensión del espacio-tiempo por "espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron", mi sorpresa fue grande; pues lo último que recordaba de mi vida anterior es que estaba esperando a mi amado Kenhir, ya que tenía una cita con él en una pirámide.
Cuando salí del monumento y avanzaba subida al burrito por la playa de Sanlúcar, lo primero que ví fue a cuatro seres muy raros: dos chinos cogidos de la mano, una señora con peluca pelirroja, una flor en la oreja, mofletes inflamados y vestida con un traje de flamenca con lunares. Junto a ellos había un señor con una túnica muy original. Me miraban todos con una luz dulce de complicidad y rodeados por gente semidesnuda.
Se unieron a mí y al burrito por el paseo a la orilla del mar.
A pesar del contraste estrafalario que representábamos no nos prestaban ninguna atención. Me he dado cuenta después de vivir dos semanas en Sanlúcar de Barrameda, que aquí puedes ir vestida como quieras, hasta de momia y no le interesa a nadie, pero si alguien le es infiel a su pareja (o como esta gente dice "poner los cuernos") eso sí que es de interés general.
Cuando Boabdil me contó que él creía que yo representaba la cultura antigua y el burrito Platero la futura, mi indignación fue enorme.
No bastaba que durante quince años hubiese estado casada con un ladrón de tumbas cuyo amor por mí estuvo siempre encerrado en una jaula perdida en lo más profundo de lo absurdo del clítoris de mi corazón. No bastaba que llegara todos los día a casa borracho y me diese el beso frío de la indiferencia; y que el único consuelo que tenía mi vida era pasar por la carpintería de mi amado poeta Kenhir, el amor de mi juventud.
En esos momentos eternos el espejo de mi alma reflejaba miradas de complicidad que bailaban juntas en una pista de amores atenuados por mi vacío diario de rutina sin aliciente.
Remontaba el ritmo del vuelo, el consuelo corto pero profundo de las ilusiones con alas que salían del arco iris incoloro de sus ojos. Eran segundos eternos en el infierno ladrón del tiempo ... ¡sin él! ... ¡sin vida! ... ¡en mi corazón aún latiendo!
Cuando por fin había encontrado la fuerza necesaria para dejar a mi marido y escapar de un zapato vital que me oprimía el alma impotente, como un débil pajarito que tiembla de frío en una fuerte nevada a las puertas del infierno, y corría ilusionada en vuelo de libertad a la cita de amor para reunirme en la pirámide con el poeta de mi infancia cuyos versos pasados, pero siempre presentes, en forma de flechas solares que alimentaban la desesperación de mi indiferencia diaria, y corría por mis venas, recordándome en cada instante de su fluir mi propia debilidad, entonces alzó el vuelo de libertad, presta de una cita piramidal de amor, en la que la ansiedad del camino que me llevaba a su encuentro, provocaba en mi interior pajaritos de colores que latían piando sonidos celestiales. En ese mismo instante aparezco transformada en momia y subida a un burrito y saliendo de una pirámide ubicada en la playa de Sanlúcar de Barrameda.
Encima Boabdil me dice que soy la representación de la cultura antigua y que el burrito se llama Platero y su dueño un tal Juan Ramón Jiménez.
Los primero días no quise ir a dormir con los demás turistas al periódico, como protesta por tamaña injusticia, y me quedé con un viejecito muy simpático, como todos los sanluqueños, que también se sentía rechazado en sus ilusiones, pues según él, a su museo de las caracolas no le prestaban demasiada atención. Y entre barquitos de marfil y caracolas, durante dos días nos consolamos mutuamente.
Al tercer día Boabdil, Juan "el travesti" y los chinos amantes han ido a buscarme al museo de las caracolas y me han explicado la razón de mi viaje.
Ahora hace nueve días que estoy con ellos en el periódico y Cristina la directora me está ayudando a escribir estas humildes letras.
He leído vuestra web:
Comprendo que la cultura a través de los siglos ha ido creando sus propios cánones de belleza y aceptaciones en función de la ley de lo más sano, más bello, más fuerte y que todo lo que se distanciaba de este círculo empezaba a ser, a medida que se alejaban, más y más, imágenes rechazadas por no ser ni interesantes, bellas, saludables o fuertes.
Comprendo que este rechazo de imágenes culturales, en medida importante, afecte en la predisposición positiva que dicen los médicos que hay que tener en cualquier tipo de tratamiento donde se deteriora la belleza física, ejemplos algunos que explicais en vuestra web.
Comprendo que el rechazo actual antes referido interfiera en la aceptación plena de la imagen de los discapacitados.
Comprendo que siglos y siglos de rechazos de las imágenes no bellas saludables y fuertes hagan que su aceptación no se produzca en pocos días, meses o años.
Comprendo que no basten unas cuantas lecciones dentro de un libro basadas en imágenes de aceptación de discapacitados, pues los niños que las reciben, cuando salen del colegio, los dibujitos que ven con héroes fuertes, bellos y saludables, anuncios en televisión de mujeres y hombres musculosos y apolíneos, reforzando la venta de algún producto y además un mundo formado por personas totalmente contaminadas por los cánones establecidos de la cultura de siglos y siglos, hagan que sus enseñanzas actuales de débiles lecciones para tan tamaña importancia, exploten como lo haría un globo si se pudiera acercar al sol.
Comprendo que la ayuda de un terapeuta ante los complejos de rechazo de autoimagen que pueden padecer personas como Menchu, que os cuenta en vuestra web sus complejos por tener un ano artificial, puede ser importantísima esta ayuda, pero sería mucho mejor si aliviáramos al mundo de la carga contaminante-cultural que lleva a muchas personas alejadas del jardín de la belleza, salud y fuerza, a experimentar sentimientos de rechazo de su propia imagen física, al aislamiento por complejo y como consecuencia a la falta de comunicación en los momentos en los que más lo necesitan.
Comprendo que digáis que si se crea una nueva disciplina cultural contra esta corriente de rechazos tiene que ser exclusiva y basada en la aceptación de imágenes actualmente excluidas. Y suministrar dicha disciplina a los niños con la mayor delicadeza, de la manera más progresiva posible, dependiendo de las distintas edades, dada la importantísima repercusión que tiene para cientos de millones de personas en el mundo.
Comprendo que el periodo de enseñanza debe ser largo, ya que las ramas culturales de siglos y siglos, no se cambian en poco tiempo, y que deban de comenzar en edades muy tempranas, por ejemplo a los tres años, pues aún los niños no tienen demasiados prejuicios, y que dure al menos hasta los diez.
Comprendo que desde vuestra web digáis que el germen del nuevo pensamiento cultural deba debatirse y propongáis una plataforma multidisciplinar (un arco iris de pensamientos y opiniones distintas) que lance su luz hacia los niños en los colegios y que la reacción de los mismos, que llamáis anticuerpos culturales, será progresiva según los cursos, la edad y ciclos, y sea recogida dicha reacción de los niños por psicólogos infantiles y pedagogos para ser relanzada por ellos (dicha reacción de los niños) a la plataforma multidisciplinar y devuelta, una vez analizadas las reacciones infantiles y reajustadas, a los mismos niños. Y vuelta a empezar de nuevo el proceso hasta que con los años por fin madure, crezca y se estabilice la disciplina.
Comprendo que los adultos que no hemos sido educados de pequeños en la cultura de imágenes culturalmente rechazadas y sí en la cultura de lo más bello, de lo más fuerte y de lo más saludable, no puedan sembrar, por consiguiente, sin más, una disciplina que ellos no tienen en los niños.
Pero lo que no comprendo es porqué "los espíritus que quisieron comunicarse en vida y no pudieron" ¡¡no eligieron otra momia!!
En fin, tal como fuera, me he resignado a mis designios. Hoy he dado un paseo con Boabdil, los amantes chinos y Juan "el travesti". Hemos visto cruzar con envidia sana, a través del río Guadalquivir, las barcas cargadas de personas que iban al Rocío a comunicarse con espíritu andaluz de alegría.
Me he puesto un traje de flamenca de lunares como el de Juan "el travesti" que me ha regalado la presidenta de la sociedad de animales de Sanlúcar de Barrameda, que con 32 grados de temperatura a la sombra, en un tenderete expuesto en Bajo de Guía, llevaba horas sin vender ninguno, para desgracia de sus animalitos.
Hemos dado un paseo por la playa. Cuando andábamos por la arena del mar, de repente, los espíritus depositaron la Giralda de Sevilla y los amantes chinos dijeron a dúo - ¡Menos mal que no hay tulistas!
Pero cuando seguimos andando vimos como encima de una torre había un gorila con la cara de un tío muy feo, que llevaba un cohete en la mano y a su lado, un arco iris sobre una montaña y una golondrina despistada, y decía - ¡A mí, que soy Kim Jong II, presidente de Corea del Norte!!
La verdad es que al igual que le pasó a Juan "el travesti" estoy empezando a pasarlo muy bien en Sanlúcar de Barrameda y voy a buscarme a un sanluqueño que se parezca al Kenhir de mi alma y de mi corazón.
Si podéis salir y comunicaros, hacedlo. Confiad en vuestros médicos y terapeutas si los necesitais.
Si podéis creer que a través de la Cultura se pueden conseguir cosas que parecían imposibles, si creéis que nacemos y morimos en un soplo del tiempo ni siquiera expulsado por la eternidad y que seremos algo más felices si nos aceptamos sin prejuicios y que además podemos crear, a través de la cultura, una mejor comunicación, menores tristezas y mayores alegrías en nuestras vidas, si creeis en todo lo mencionado y si no también, os manda un saludo Ubekhet -luminosa - Rosa - La momia.

M.A.D.E.
Próximo capítulo Kim Jong II (Presidente de Corea del Norte)

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